Pedicura seca vs. pedicura húmeda
Una pedicura en seco funciona muy bien en las pieles que están muy secas y que tienen callosidades muy duras. Es más, introducir los pies en agua caliente puede lograr que la piel se expanda lo que implica que cuando se vaya a rascar, se puede quitar más piel de la que sea necesaria. En definitiva, si tus pies necesitan ponerse a punto, una pedicura en seco seguramente sea la mejor opción. Eso sí, las personas que tengan la piel muy sensible o incluso que sean de cosquillas fáciles, mejor abstenerse.
Por otro lado, el tiempo es más reducido en una pedicura seca que en una húmeda, por lo que si un día tienes más prisa de lo habitual, la primera será la mejor elección. Te evitarás el remojo, el secado y los masajes, que, aunque suena muy tentador, si no tienes tiempo será mejor dejarlo para otro día. Solamente te sentarás y te arreglarán los pies rápidamente. En este caso será mejor que dejes la pedicura húmeda cuando tengas el suficiente tiempo para relajarte.